El Patriarcado de Moscú trazó un proyecto de cursillos lingüísticos de adaptación. Los autores de los cursillos proponen las siguientes materias para el estudio: idioma ruso, historia, cultura, sociología, religión y derecho.
Los conocimientos que los migrantes reciban en los cursillos les ayudarán a adaptarse a la brevedad posible y hallar un trabajo decente, asevera uno de los autores del proyecto, Artiom Sharafutdínov, jefe del gabinete metodológico de la facultad de misioneros de la Universidad Humanitaria Ortodoxa San Tijon:
–No siempre las personas que llegan a nuestro país comprenden bien lo específico de la cultura rusa. Pueden hacer algunas cosas involuntariament e que disgusten a las personas de mentalidad rusa. Justo por esta causa hemos decidido organizar el cursillo en el que enseñaremos no solo la lengua rusa sino asimismo las tradiciones rusas. También hablaremos de la ortodoxia. Pero tan solo para que tengan una noción de esta religión, la más difundida en nuestro país, para que las personas comprendan las tradiciones del pueblo ruso y las respeten.
Y si los inmigrantes conocen sus derechos y deberes, habrá menos conflictos interétnicos, asevera Dmitri Pershin, experto del departamento sinodal para cuestiones de la juventud del Patriarcado de Moscú:
–Frecuentemente los conflictos surgen debido a que las firmas que contratan migrantes, no siempre cumplen los contratos laborales. Las personas resultan sin dinero y sin la posibilidad de arreglar el problema por procedimientos jurídicos. Y ellos comienzan a “solucionarlo” por medio de conflictos con la población local. Nosotros consideramos sumamente importante que los migrantes sepan el abecé del Derecho, sepan a quien puedan dirigirse, sepan los números de los teléfonos necesarios, que sientan apoyo que hoy no todos los migrantes perciben.
Se planifica que en estos cursillos den clases profesores y docentes de los principales centros docentes rusos. El primer centro culturológico de adaptación comenzará a funcionar en marzo, continúa el padre Dmitri:
–Con el respaldo de la Universidad San Tijon, creo que estos cursillos se abran primero en el distrito central de Moscú, en uno de los templos. Lo fundamental consiste en que sea fácil llegar allí desde cualquier punto de la capital. Luego, pasaremos su experiencia a otras plazas capitalinas. Ya ahora visitamos las estaciones ferroviarias de la ciudad donde distribuimos información en forma de hojas y bocetos sobre los cursillos con indicación de lugares a los que puedan dirigirse.
La Iglesia Rusa cuenta ya con cierta experiencia en adaptación de inmigrantes, dice Artiom Sharafutdínov:
–Tales proyectos se llevaron a cabo en la provincia de Yaroslavl, en la eparquía de Piatigorsk y en otras. Por cierto que la situación en todas partes era distinta. En algunos lugares los cursillos eran exitosos, en otros menos afortunados. Cabe decir que por entonces los cursillos carecían del componente jurídico y las personas venían movidos por su deseo, no para recibir un diploma. Pero tenemos referencias muy positivas de los migrantes.
Recordaré que en diciembre de 2012 en Rusia entró en vigor una ley que obliga a los migrantes que trabajen en el sector comunal, comercial y de servicios, a pasar una prueba de conocimiento de ruso. Los ciudadanos de otros países y repúblicas han de confirmar su dominio de la lengua rusa, al menos, al nivel básico.
La Voz de Rusia