“Más de un mes el pueblo ruso tuvo la oportunidad de venerar esta gran reliquia. Según cálculos moderados, casi tres millones de personas acudieron a la reliquia”, dijo el Patriarca en la ceremonia de la despedida del Cinturón de la Virgen en el aeropuerto capitalino de Vnukovo-3.
Aunque este lunes la reliquia abandonó Rusia, “numerosas personas sintieron la gracia de Dios y guardarán para siempre en sus corazones los recuerdos sobre los días que el Cinturón de la Virgen estuvo en Moscú”, según el máximo jerarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia.
El Patriarca señaló también que “es inexplicable” que la reliquia atrajera a tantas personas, aunque agregó que “el corazón siente que Dios está donde está la santidad”.
A su vez, el padre Efrem, abad del monasterio Vatopediou, donde se guarda el Cinturón de la Virgen, señaló que los monjes griegos fueron “testigos de una gran fe del pueblo ruso”.
La ceremonia de la despedida del Cinturón de la Virgen empezó este lunes a las 6.50 hora de Moscú (2.50 GMT) en el aeropuerto capitalino de Vnukovo-3.
El Cinturón de la Virgen, Santo Cíngulo, pasó por varias ciudades rusas donde reunió a numerosos fieles que formaban enormes colas para venerar la reliquia. Algunos moscovitas esperaron casi 24 horas para entrar en la catedral de Cristo el Salvador donde estaba depositado el Cinturón de la Virgen.
Los fragmentos del cinturón se guardan también en Chipre e Italia.