“No es verdad en absoluto lo del pago a las rusas por el hiyab, según los informes que recibimos de la oficina del gobernador y de nuestra delegación local en Bushehr”, declaró Ghashghavi, citado por AFP.
La víspera, el diputado iraní Mehdi Mousavinejad dijo que el contrato con el personal femenino en Bushehr incluye una cláusula del velo islámico. Al mismo tiempo, señaló que las rusas no acatan esta regla.
Entretanto, Ghashghavi subrayó que “este asunto no se menciona en el contrato entre Rusia y la Organización iraní de Energía Atómica, ni tampoco en los contratos locales”.
Las rusas, según él, respetan “el código moral y las normas de los feligreses de Bushehr”.
Las mujeres en Irán, cualquiera que sea su nacionalidad o religión, deben cubrirse la cabeza y la mayor parte del cuerpo. Aquellas que no respetan este reglamento, conocido como hiyab, se exponen al peligro de arresto u otras sanciones.
La construcción de la planta de Bushehr fue iniciada en 1974 por el consorcio alemán Kraftwerk Union A.G. (Siemens/KWU). En 1980, la compañía rompió el contrato porque el Gobierno alemán avaló el embargo estadounidense sobre el suministro de equipos a Irán.
La empresa rusa Atomstroiexport asumió la construcción de la planta mediante un contrato suscrito en 1995, tres años después de la firma del respectivo acuerdo intergubernamental. A finales de noviembre pasado se informó que la planta de Bushehr está al 100% lista para trabajar.
RIA Novosti