Aunque el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el arzobispo de Friburgo, Robert Zollitsch, se esforzó por mostrar su disposición al diálogo, otros obispos reaccionaron con dureza ante las exigencias de los laicos.Así, el obispo de Ratisbona, Gerhard Ludwig Müller, calificó de "parásitos" a los católicos críticos.
También el obispo de Essen, Franz Josef Overbeck, dijo que le parece "poco constructivo" que los movimientos reformistas insistan en temas tan controvertidos como el acceso de las mujeres a la ordenación. El presidente del Consejo Central de los Católicos, Alois Glück, indicó que, aunque el congreso había mostrado una cultura de la discusión viva en el seno de la iglesia, hay temas como el del acceso a los sacramentos de los divorciados de nuevo casados que generan inquietud y que pueden y deben solucionarse.
Según Glück, también es urgente discutir cuestiones relacionadas con la moral sexual de la iglesia.
El congreso se cerró con una misa al aire libre a la que asistió el presidente alemán, Joachim Gauck, de confesión protestante.
EFE