“Estoy profundamente convencido de que es posible resolver todos los problemas por la vía pacífica, a través del diálogo. Lo principal es evitar el derramamiento de sangre”, dijo Kiril a medios de prensa al arribar este sábado a Damasco con misión religiosa.
El Patrirca destacó que “es difícil dar solución al problema cuando se derrama la sangre humana”.
Kiril recordó que en Siria, país de enorme tradición cultural, desde hace siglos convivían los crictianos y los musulmanes. “Confío en que la sabiduría histórica del pueblo, la memoria histórica del pueblo de Siria ayudarán a aunar los esfuerzos, en estos momentos difíciles, para conseguir una solución justa de todos los problemas existentes”, concluyó el Patriarca.
Los cristianos constituyen un 10% de la población de Siria, de 23 millones de personas, y consideran a sí mismos como sus habitantes autóctonos, puesto que se instalaron en estas tierras mucho antes de la llegada de los musulmanes.