“Nuestra sociedad se siente estremecida por la noticia sobre la celebración de la llamada “marcha de orgullo”, que yo llamaría con plena seguridad “marcha de ignominia”, pues ensucia la dignidad humana y pisotea los sagrados valores de la vida y de la familia”, dice una declaración emitida por el patriarca y difundida hoy por la oficina de prensa de la Iglesia Ortodoxa Serbia.
Irineo recordó que el desfile se realizará en un período de agravamiento de la situación en el norte de Kosovo. “Da la impresión de que el desfile fue organizado con el fin de encubrir la trágica situación que vive el pueblo serbio en Kosovo y Metohija”, dijo.
El patriarca indicó que se trata de los intentos de una minoría de imponer sus criterios antinaturales a la aplastante mayoría que no desea compartir su comprensión del sentido de la vida y de la libertad del ser humano. Dijo que es una “libertad deformada”, ajena a la cultura y las tradiciones del pueblo serbio. Pidió no realizar esa actividad, y si llega a realizarse, exhortó a los adversarios de tal modo de vida a no emplear violencia.
En la capital serbia pueden ocurrir desórdenes en el día de la concentración de las minorías sexuales. En 2010, los policías destacados para proteger a los participantes de un desfile gay, tuvieron que resistir los ataques de los adversarios de tales marchas. Como resultado, 147 agentes de orden público recibieron heridas. Fueron detenidos 249 gamberros. La ciudad sufrió un sustancial daño material.
Contra la nueva “marcha de orgullo” se manifestaron unos sindicatos, el titular del Ministerio del Interior serbio, el alcalde de Belgrado y numerosos partidos políticos.
La actividad fue apoyada por unas ONGs, los partidos de orientación europea, diplomáticos de países occidentales y unas personalidades de la ciencia y la cultura.