La problemática moral y religiosa en la publicística de Lev Tijomirov (1892-1900)
En Rusia, a fines del siglo XIX - principios del siglo XX, el sistema social y los ideales religiosos y morales fueron estremecidos considerablemente por las nuevas tendencias socio-políticas. Lev Tijomirov, representante del conservatismo ruso, veía su tarea en señalar, a los representantes del poder del estado, las vías que conllevaran a la restauración de los principales pilares de la monarquía rusa. A esto se debió la especial atención que Tijomirov prestó al tema de los problemas socio-eclesiales y etico-religiosos, tema que fue uno de los principales en su actividad publicística, y que es el tema que se analiza en el artículo del profesor del seminario teológico de Tobolsk, higúmeno Filaret (Skovorodin).
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Hoy en día, muchos historiadores demuestran un especial interés por los problemas relacionados a la ideología conservadora del estado Ruso, prueba de ésto son las numerosas conferencias, monografías y artículos dedicados a los problemas del conservatismo ruso.Un lugar especial entre los representantes de esta corriente ideológica es Lev Alexandrovich Tijomirov, que experimentó la difícil transición de teórico del movimiento revolucionario a ideólogo del campo monarquista. Según los investigadores contemporáneos, Tijomirov, no fue un simple conservador, sino un conservador - tradicionalista, es decir, pertenecía a la corriente ideológica representantes de la cual se distinguían "no sólo por prestar una mayor atención al legado histórico, el respeto por él, sino también por el deseo de apoyarse en la fe ortodoxa en la causa por el renacimiento de Rusia"[1].

Lev Alexandrovich consideraba un verdadero bien social para Rusia el fortalecimiento de las bases del régimen autocrático existente, y por lo tanto, todo su ingenio y esfuerzo publicístico lo implementó a la consolidación de un sólido poder autocrático. El estudio de la experiencia nacional y extranjera en la construcción del estado lo llevó a la convicción de que, una monarquía verdadera no puede existir sin un ideal religioso-moral y un estable orden social, que tenga una estrecha relación con el poder supremo. Tijomirov consideraba que el exponente y centinela de este ideal es la Iglesia Ortodoxa, que es, en su opinión, "el centro espiritual que une y relaciona al monarca autocrático con sus súbditos"[2]. Partiendo de este punto de vista, Lev Alexandrovich, consideraba que la unión entre la Iglesia y el estado era importante y necesaria.

En Rusia, a fines del siglo XIX - principios del siglo XX, el sistema social y los ideales religiosos y morales fueron estremecidos considerablemente por las nuevas tendencias socio-políticas. Lev Tijomirov veía su tarea en señalar, a los representantes del poder del estado, las vías que conllevaran a la restauración de los principales pilares de la monarquía rusa.

Tal comprensión por Tijomirov de los cometidos más urgentes, hacía del tema sobre los problemas socio-eclesiales y etico-religiosos, uno de los centrales en su actividad publicística .

Después de su regreso del extranjero a Rusia en 1889, Lev Alexandrovich, tocaba cuestiones que se referían al estado moral-religioso de la sociedad culta, tibia en materia de fe. Su primera obra de tal carácter se llamaba: «El clero y la sociedad en el movimiento religioso moderno», y fue publicada en 1892 en la revista "Panorama de Rusia". Según los investigadores, en este trabajo, como en ningún otro, se ve la influencía que ejercían en Tijomirov las ideas de K.N. Leontief «el cual en parte guíaba la formación religiosa del arrepentido "nihilista"»[3].

En el último cuarto del siglo XIX, muchas personalidades hacían mención de un reavivamiento religioso de la sociedad, que se manifiestaba en el interés que demostraba la intelectualidad, las capas cultas de la sociedad, por los problemas de la fe. Tijomirov hacía notar el carácter y la dirección equivocada de este reavivamiento, llamándolo "bamboleo", que "sólo puede despertar inquietud, temor por su futuro, por la influencia que pueda tener estes en Rusia".[4]

Los representantes de la clase culta de la sociedad, según afirmaba Lev Alexandrovich, en su “reavivamiento” religioso no se preocupaban por establecer vínculos morales más estrechos con la Iglesia y con sus pastores. "Los misioneros de la sociedad, - escribía él - desde el principio son periodistas, novelistas, “profetas libres". Este fenómeno anormal llega hasta tal punto, que en las disputas "religiosas" de cualquier círculo de intelectuales no puedes escuchar otras referencias que no sean a Jomiakov, Dostoievski, Leontiev y Soloviov, etc. Como si ellos tuvieran aunque sea sombra de autoridad eclesiástica".[5]

¿Por qué la clase, se preguntaba Tijomirov, que anuncia de su reavivamiento religioso, no quiere buscar la guía espiritual de los pastores de la Iglesia? ¿Acaso no es a ellos a quienes se les encomendó ser los guías espirituales de las personas en el camino hacia el reino de Dios?. "El clero, - respondían los representantes de esta clase - es como que está "estancado", es como que es una "casta" cerrada, no es capaz de entender las necesidades de la sociedad" e incluso “no puede hablar en su idioma".

En estas preposiciones, Tijomirov, veía sólo la aspiración de encubrir la verdadera razón por la cual los intelectuales no deseaban someterse a "la autoridad de la Iglesia". "¿Es que acaso, - escribía él – el mitropolita Filaret no podía alzarse hasta llegar a comprender las demandas religiosas de Jomiakov y Aksakov? ... ¿No estará en éso, que la verdadera causa de las "elevadas aspiraciones" de la clase culta está en que ni elevadas son, ni buscan a Dios, ni son muy religiosas?"[6]

Tijomirov notaba de que los representantes de la clase culta de la sociedad se dirigían a la Iglesia no para convertirse en sus obedientes hijos. Ellos, a menudo, perseguían objetivos puramente "mundanos", sin darse cuenta del error de sus búsquedas. "Algunos de ellos -, escribía Lev Alexandrovich - se interesan por los problemas religiosos sólo porque como si estos, propiamente, condicionan unos u otros destinos de la vida social, otros, siendo verdaderamente ortodoxos, piensa en la salvación del alma ... El problema no está en la inercia– concluía él – sino en la diferencia en las aspiraciones, diferencia en la comprensión de aquello, lo que en la vida es lo más importante y lo que es menos"[7]. " Por doquier, - se lamentaba Tijomirov, - el interés terrenal y temporal eclipsa al interés religioso y eterno ... Algunos de ellos, la tierra la somenten al cielo, otros, el cielo a la tierra"[8].

El clero de la Iglesia Rusa, a opinión de Lev Alexandrovich, inmediatamente se dió cuenta de que "trabajar en conjunto con un movimiento así es imposible, y por eso continuó haciendo su especial tarea, sin entrar en un diálogo que sólo podría ser perjudicial para él. La sociedad culta, por el contrario, hasta la fecha, ni se entiende a sí misma, ni a los representantes del espíritu eclesial-ortodoxo. Al verlos ajenos a ella, la gente de la sociedad culta, no han encontrado frases más profundas que hablar sólo inercia y rutina"[9].

De hecho, la Iglesia Rusa y sus pastores desempeñaron un papel excepcional en la "confección" del hombre ruso y de la historia del estado ruso. Para dar más fuerza de convencimiento a sus palabras, así como para confirmarlas, Tijomirov cita algunos argumentos, acerca de este tema, de V.S. Soloviov, con quien, Lev Alexandrovich, mucho ha de polemizar en el futuro. Por este tiempo, "en defensa de la verdad contra el falso pensamiento del señor Vladimir Soloviov"[10], a menudo, en la prensa de la iglesia, escribían los representantes de la generación tardía de los eslavófilos: N.N. Strájov, Y. N. Govoruja-Oтрок, un poco antes, K.N. Leontiev, así como también el publicista y filósofo, V. V.Rozanov. Las intervenciones de estos autores en contra de Soloviov era la respuesta a su crítica de las ideas de N.Y. Danilevskii (1822-1885), fundador de la generación tardía de los eslavófilos. Después de la muerte de Govoruja-Otrok en el año de 1896, la polémica con Soloviev la continua Tijomirov.

En su carta abierta dirigida a I.S. Aksakov, Soloviov escribía: "Por lo general, un pueblo, que quiere alabar a su nacionalidad, en esta misma alabanza expresa ya su ideal nacional, todo lo que para él es lo mejor de todo, lo que más desea. Así, el francés habla sobre la maravillosa Francia y sobre la gloria francesa... el inglés, con amor, dice: la vieja Inglaterra ... el alemán se eleva aun más y... con orgullo dice die deutsche Treue [11]. ¿ Qué es lo que dice en casos similares – se preguntaba Soloviov, - el pueblo ruso?¿ De qué alaba a Rusia? ¿La llama maravillosa, habla sobre su gloria o sobre la honestida y la lealtad rusa? Nada de eso habla, y queriendo expresar sus mejores sentimientos hacia la patria, sólo habla de la Santa Rus. Ese ideal no es conservador, ni liberal, ni político, ni histórico, incluso ni ético- formal, sino que es un ideal moral-religioso"[12]. Y este ideal, la aspiración a la santidad, es lo que inculcó al pueblo ruso la Iglesia Rusa. "Ni el catolicismo - escribía Tijomirov, - ni la arbitrariedad del pensamiento del protestantismo no podían dar a sus miembros esto que es lo esencialmente más importante."

Soloviov expresó pensamientos similares en otros escritos."Esto es – señalaba Tijomirov, - en todo su sentido, como la bendición de Balaam", porque "en realidad, Soloviov venía a maldecir"[13]. En su opinión, la Iglesia Ortodoxa bizantina no es otro cosa que el "renacimiento de todas las herejías", entonces, Rusia, que adoptó el cristianismo de Bizancio, "desde su propio nacimiento estaba condenada a la muerte espiritual, que es inevitable partiendo de tales orígenes." Otra cosa muy distinta es el Occidente. Aquí, los Papas, son los que garantizan que el cristianismo se conserve "sin defecto", los que enseñan al pueblo y educan estados enteros. Sin embargo, con el transcurso de los siglos, reconocía Soloviov, Europa demuestra un completo decaimiento de la fe y la moral: "La idea de la cristiandad desapareció ... el odio nacional en dimensiones completamente desconocidas en la Edad Media; un antagonismo social profundo e irreconciliable; la lucha de clases ... una disminución progresiva de las fuerza morales de la personalidad"[14]. En esta situación, consideraba Soloviov, es necesario encontrar un estado, profundamente imbuido del espíritu del cristianismo, que  ofrezca todos sus servicios al Romano Pontífice para el renacimiento de los estados de Europa. Este estado debe ser Rusia, el pueblo que supo conservar el carácter profundamente religioso de su vida. "El Papado, - constataba Tijomirov – arruinó a todo los pueblos que tuvienron la desgracia de caer bajo su influencia." Así, resulta, que Soloviov ofrecía "entregarle al papa el último pueblo que, por gracia de Dios, fue educado por la Iglesia Ortodoxa en el verdadero espíritu cristiano. Esta lógica – está fuera de discusión"[15].

De acuerdo al justo comentario de Tijomirov, para Europa era necesaria no la intromisión externa de Rusia en sus asuntos, sino más bien, su afiliación a aquello, a lo que durante siglos conservó el pueblo ruso, es decir, a la ortodoxia. "Quítesele – escribía él – la constante influencia del espíritu de la Ortodoxia, y entonces, ¿ cuál sería la diferencia del estado ruso de cualquier otro estado?. Por consiguiente, para Europa es necesario no un estado, sino la Ortodoxia. Si Europa se hubiese impregnado del espíritu de la Ortodoxia, entonces, hubiese creado tantos estados ortodoxos como el nuestro, e incluso aun más, ¿por qué no? No  hacia el estado, sino que hacia nuestra Iglesia, tiene que ser, es que debe tender la Europa católica y protestante". Si Rusia, a diferencia de los estados europeos, sustentados por los papas, hasta la fecha sostiene los principios morales del cristianismo, lo que es, en gran medida, mérito de los clérigos de la Iglesia Rusa, entonces, "no hay que educar de nuevo a los pastores de la Iglesia, - concluía Tijomirov – sino más bien hay que aprender de ellos. Y si esta conclusión es aplicable al papa romano y al protestantismo, entonces,  diez veces más fuerte se aplica a nuestro "movimiento religioso", saturado enteramente con productos descompuestos de estas dos versiones distorsionadas del cristianismo»[16].

Tijomirov consideraba, que el moderno"movimiento religioso", con sus pensamientos, "perfila rasgos evidentes de una decadencia espiritual", que se manifiesta, en particular, en la popular idea rusa de "vsechelovechestvo" (Literalmente: Toda la humanidad. Ideal de unión de toda la humanidad. Not. trad.). Refiriéndose al tema sobre el "paneslavismo", Tijomirov pensaba los principales postulados de éste de manera mucho más amplia, y afirmaba la prioridad de la fe y la necesidad de la proeza espiritual sobre la superioridad nacional. "Esta desafortunada idea, - escribía él acerca de esto – que invita a Rusia a pasar por todas las enfermedades espirituales de todas las demás naciones,"sufrir" sus errores, y después, todo y a todos traerlos a Cristo, muestra muy claramente esa mezcla de desenfreno y orgullo que llena a nuestras supuestas aspiraciones "religiosas". Simplemente, preocuparse por su propia salvación, parece demasiado aburrido, no interesante. Primero hay que undirse en todo tipo de inmundicia, en cualquiera que se encuentre en cualquier parte del mundo, contagiarse de todos los pecados, y sólo después, desde los más profundo de la caída, ascender a la santidad, además de levantar a todo los demás- he aquí lo que de manera "efectiva" entusiasma a nuestro intelectual enfermo"[17]

Para las personas instruídas, que quieran satisfacer su sentimiento religioso, de acuerdo con Tijomirov, para nada es necesario todo eso, sino más bien ingresar a la "buena escuela" del desarrollo espiritual bajo la dirección de la Iglesia. "Sólo de esta manera – afirmaba Lev Alexandrovich - podemos salvarnos a nosotros mismos, y - si es que se nos indica- dar ejemplo al mundo, cumplir una misión para toda la humanidad ("vsechelovechestvo"), que es lo que seduce la imaginación de nuestras personas cultas"[18].

Tijomirov concluía su amplio razonamiento indicando el camino por el cual, el "movimiento religioso", en su opinión, podría adquirir un carácter adecuado. "Una subordinación sincera, sin artimaña, a la autoridad de la Iglesia - escribía el publicista - es el primer paso para este grupo, quizás el más difícil. Pero cuando él sea realizado, entonces, los integrantes del grupo, inmediatamente, ingresarán a la necesaria escuela del rendimiento espiritual. Todo lo demás – es cuestión de tiempo y de capacidades personales"[19].

El artículo tuvo una resonancia social considerable, y despertó una fogosa polémica. Tijomirov fue fuertemente criticado, sobre todo por tales ediciones, como "El mensajero de Europa", "Ciudadano", "Nuevos tiempos", es decir, ediciones tanto monarquicas, así como y liberales.

La controversia sobre el artículo en la prensa conservadora llevó a la aparición, en algunos historiadores, de la opinión sobre el carácter irreconciliable de Tijomirov con los eslavófilos. En realidad, Lev Alexandrovich tenía un gran respeto por A. S. Jomiakov y I.V. Kireevsky. Según los investigadores, su crítica de las "ideas religiosas de los eslavófilos, en cuestión, no era tanto hacia Jomiakov y sus compañeros, sino más bien hacia sus inconsecuentes discípulos, los cuales estaban relacionados a los eslavófilos sólo por reconocer que Rusia poseía una singular trayectoria histórica"[20], pero que degradaban al cristianismo porque veían en él sólo un medio para el bienestar terrenal.

En el prefacio a la segunda edición de su folleto, en el que Tijomirov corrigió algunas de sus expresiones de acuerdo a las idicaciones hechas por el Santo Sínodo y  "La gazeta de la Iglesia", él escribió en respuesta a los artículos críticos: "Todos ellos sólo me convencen aun más de que mi folleto indica el punto más doloroso de nuestro "arbitrario" movimiento religioso. Todas las objeciones al folleto, sólo confirman la caracterización hecha por mí y me demuestran, que la única salvación para la gente de esta capa, de hecho, capaz, tendiente a la bondad, pero muy deteriodada espiritualmente, debe ser recurrir humildemente a las enseñanzas de la Iglesia"[21].

Este artículo fue el punto de partida en la discusión entre Tijomirov y Vladimir Soloviov, que más tarde pasó al "ámbito de la libertad individual y de conciencia"[22]. Soloviov, en "El mensajero de Europa", injustamente ridiculiza a Tijomirov y le reprocha el hecho de que "él condena al "movimiento religioso moderno", no por el hecho de que este movimiento presenta ideas que son falsas por su contenido ..., sino que sólo por el hecho de que en él aparece el trabajo independiente del espíritu, y no la simple obediencia a la autoridad oficial."[23] Soloviov, por supuesto, de manera injusta acusaba a Tijomirov, ya que Lev Alexandrovich en su trabajo intervenía no contra no se lleva a cabo contra el "trabajo independiente del espíritu" de la intelectualidad, sino en contra de la reticencia para llevar a cabo este trabajo bajo la guía espiritual de la jerarquía eclesiástica establecida por Dios. Es de destacar que Soloviov, antes de su muerte, en "Tres conversaciones", "admitió que estaba equivocado, y ridiculizaba su fe en el progreso, su discurso el autor lo pone en boca del señor Z, en el que - según los investigadores - fácilmente se reconoce a Leontiev"[24].

En otro artículo suyo, "Altruismo y amor cristiano", publicado por primera vez en 1895, como suplemento a la obra "La lucha del siglo", Tijomirov nuevamente intervino en contra de Vladimir Soloviov, que mezclaba en una de sus publicaciones los conceptos de amor cristiano y altruismo. La relación entre estos conceptos era discutida activamente en la prensa. El altruismo, según Tijomirov, era comprendido erróneamente por una parte de la sociedad, lo que podría conducir no sólo al pluralismo religioso en un país tradicionalme ortodoxo, sino también al abandono de la fe en general por muchos de sus ciudadanos.

Lev Alexandrovich explicaba esta mala comprensión al hecho de la llegada al cristianismo de personas que han sido formadas por “aspiraciones no cristianas”. La iglesia, a su juicio, no debe  rechazar a estos incondicionalmente, pero los fieles deben tener cuidado y precaución con "aquellos términos, que son presentados por el campo de los no cristianos y no tan cristianos como posibles bases para un acercamiento de ellos al cristianismo"[25]. Al frente de estos términos, afirmabaTijomirov, estaba el altruismo - término elaborado por el filósofo francés Auguste Comte.

A opinión de Lev Alexandrovich, "el altruismo es un concepto muy elevado, al cual llegó el pensamiento, después de haber abandonado al cristianismo". De hecho, el altruismo y el amor cristiano -  son conceptos completamente opuestos. Asumir su identidad llevaría a la afirmación de que "los cristianos y no cristianos viven de acuerdo a un mismo principio moral", lo que significaría que la fe es sólo un elemento religioso, que no tiene ningún significado, y entonces, "se puede admitir cualquiera otra religión, sólo no el cristianismo"[26].

El altruismo, consideraba Tijomirov, en relación al amor cristiano, es un sentimiento de orden inferior, "una simple contraposición al egoísmo." Los Padres de la Iglesia no lo veían como fundamento de la moral, sino sólo como una base psicológica "sobre la cual puede realmente crecer el amor, y nada más". El amor  cristiano no es la contraposición del egoísmo. Teniendo otro orígen y otro contenido, es un sentimiento no de orden emocional, sino espiritual. El altruismo podría existir, incluso si Dios no existiera, "el amor debe su existencia exclusivamente al hecho de que "Dios es amor » (1 Jn. 4, 8) y vive en nosotros"[27].

Así, la fuente del amor es Dios, "la naturaleza de Dios", mientras que la fuente del altruismo es, concluía Tijomirov, - "la naturaleza de la vida social y su influencia en la personalidad egoísta del hombre". Dios, por tanto, en el altruismo, en todas partes y por donde sea, es sustituido por la sociedad, lo que "es un terrible engaño, comprensible para un cristiano. Esto es - de acuerdo a Tijomirov - una lucha sútil en contra de Cristo, ante la cual son infantilmente ingenuos todos los burdos engaños del paganismo"[28].

Bajo este esquema, terminaba sus razonamientos Tijomirov, la humanidad se convierte en un "dios" altruista. El altruismo lo lleva "a la afección no individual, sino social", en la que los buenos sentimientos se manifiestan "no en la personalidad que realmente existe, que es concreta, sino en la personalidad abstracta"[29]. Pero tal personalidad, dicha persona, de acuerdo a Lev Alexandrovich, simplemente no existe.

Aunque Tijomirov consideraba que era incorrecto el que personas laicas asumieran el papel de maetros de fe y de guías espirituales, aun así, en sus artículos, de todas formas, aclaraba temas de carácter doctrinal. De 1892 a 1898, Lev Alexandrovich tuvo a su cargo, sólo con algunas interrupciones, la sección "Anales de la prensa" de la revista "Panorama de Rusia". En enero de 1896 él publicó un artículo en esta sección titulado "¿Qué debe hacer la juventud?". Este artículo tuvo cierto éxito y fue discutido en diversos círculos. Algún tiempo después él recibió una carta de un autor anónimo, que pedía a Tijomirov responder a las objeciones a su artículo, hechas en una reunión de jóvenes por un cierto "viejo nihilista y escéptico". Este "escéptico", señalando a los diversos aspectos de la doctrina cristiana, demostraba, supuestamente, contradicciones internas existentes en éstos.

Tijomirov, dándose cuenta, que las objeciones del "escéptico" expresaban los puntos de vista de una determinada parte de la sociedad rusa, contestó en un nuevo artículo en "Panorama de Rusia."

"¿Qué es el libre albedrío, del cual como que se nos culpa? – preguntab el "escéptico". - Yo podría comprender esto como la responsabilidad por sus acciones, si es que yo hubiese aceptado voluntariamente tomar esa libertad, tomar en sí mismo la carga de la existencia, porque, si yo pudiera esto, yo preferiría en absoluto no existir. Sin embargo, - ¿quién me preguntó a mí– continuaba el "escéptico" –,cuando me creaban, si quiero existir, si quiero tener libre albedrío? Nadie. ¿ Es libre aquella voluntad, que he recibido en contra de mi voluntad?"[30]

El "escéptico" también afirmaba que si Dios es omnisciente, entonces, debió haber sabido que él iba a ser una persona egoísta y detestable, y que por lo tanto, no era necesario crearla. Bueno, y si de todas formas la creó, entonces, poseyendo la omnipotencia, debería haberla creado positiva. Sin embargo, continuaba "el viejo nihilista", "Él me hizo ... detestable, sabiendo de antemano que yo iba a ser así, y no de otra manera. Y al mismo tiempo, me amenazan con los tormentos del infierno, incluso después de mi muerte. Pero ¿por qué? Yo soy tal a como me crearon, y por lo tanto no debo sufrir por ello. Quien me creó, me dio la voluntad, que yo y ni pensaba pedir, él es el que debe responder por mis errores ... "[31]

Tijomirov contestó a las preguntas del "viejo nihilista" discreta y correctamente, sin dejar de ser fiel al principio de que enseñar religión deben sólo las personas que han sido especialmente consagradas para esto, o sea, los sacerdotes. Lev Alexandrovich con toda franqueza escribía: "... yo no soy un predicador de la fe cristiana, y en la medida necesaria, para tal predicación, teología no he estudiado"[32]. Pero aun así, Tijomirov de manera totalmente correcta, y con la característica peculiar de su publicística de penetrar en la esencia de los conceptos y situaciones, respondió a las preguntas formuladas por el "nihilista".

"Todo se reduce, señalaba con certeza Lev Alexandrovich, a si existe Dios o no". Si una persona cree en la existencia de Dios, entonces para ella no hay ningún problema sobre someterse o no a la voluntad del Creador. "Nadie, de no estar loco, consideraría indigno someterse a las leyes de la naturaleza ... ¿Por qué esta medida - preguntaba Tijomirov, - debe cambiar en relación a Dios, cuando ante el poder del cual todas las fuerzas de la naturaleza no son nada?"[33]

Tijomirov indicaba la existencia de errores de lógica en los razonamientos de su oponente, el cual, hablando sobre las propiedades de Dios, trataba de convencer a sus oyentes en la existencia de supuestas contradicciones entre ellas. Tijomirov con toda justeza señalaba, que bien pueden darse contradicciones entre conceptos absolutos. Sin embargo, las propiedades de Dios no son tales, ya que expresan la unidad e indivisibilidad de la naturaleza divina, pero que es "dividida" en diversas propiedades, exclusivamente, sólo por lo débil de la razón humana. "... Ya que esta contradicción no está en Dios, - escribía Lev Alexandrovich, - ... sino sólo en nuestra pobre mente, que es incapaz de abarcar lo absoluto..."[34]

En conclusión, Tijomirov enviaba a los lectores a los verdaderos guías espirituales, los pastores de la Iglesia. "Como en un país desconocido por usted, - escribía él – más valorable es el guía que conoce a éste personalmente, y no un geógrafo científico, que, a pesar de todos sus mapas, no menos que usted se confundiría en las selvas y senderos montañosos, igual así y aquí, más valorable es la persona que posee una experiencia espiritual personal"[35].

Tijomirov prestó también atención a los pensamientos religiosos del conde L.N. Tolstoi, el cual, en los años 80 del siglo XIX, pasando por una crisis espiritual, criticaba a muchas instituciones sociales, incluida la Iglesia. En su doctrina, expuesta en diversas obras literarias, Tolstoi negaba la necesidad de la ciencia, el arte, la familia, los logros de la civilización. Tolstoi también intervenía como predicador del cristianismo, pero, a su juicio, de un cristianismo más correcto, desprovisto de fe y de carácter sacro, más práctico, "más sencillo". Claro está,  a Tolstoi, como escritor de fama mundial, lo escuchaban tanto los  representantes de la capa culta de la sociedad rusa, así como y la gente común, para quien Tolstoi escribía especialmente obras de lenguaje accesible.

No se sabe cuál era la relación del escritor hacia Tijomirov. De acuerdo a Máximo Gorki, Tolstoi habló bien del folleto escrito por Tijomirov titulado "¿Por qué dejé de ser revolucionario?", considerando como correctos los principios expuestos en él[36]. Tijomirov, por el contrario, frecuentemente criticaba los puntos de vistas sociales y religiosos del escritor, indignado por el hecho de que la prensa rusa, como si anunciara títulos de crédito, regularmente alababa a Tolstoi. Tijomirov, no obstante, afirmaba que "en estas acciones más tarde estará la bancarrota intelectual y moral de millones de personas"[37].

Tijomirov consideraba al tolstoísmo con la más reciente manifestación, y al mismo tiempo, la última fase de la "enfermedad espiritual"[38] – del ideal revolucionario, que después de la Revolución Francesa ha venido llamando, constantemente y sin descanso, a sus seguidores a destruir el antiguo y construir el nuevo sistema social. Este ideal revolucionario, sin embargo, nunca se satisfizo con lo logrado, sino que continuaba proclamando cada vez más nuevos y nuevos proyectos sociales, sin importarle al mismo tiempo declarar, que sus recientes logros no habían servido para nada. La fuente de esta enfermedad, a opinión de Tijomirov, radicaba en la "rebelión contra Dios"[39], resultado de la cual era que el hombre se quedaba sin Dios, a Quien él rechazó, considerandose así, falsamente, autosuficiente. Tomando conciencia de su autonomía, el hombre dirigió sus aspiraciones a la transformación del mundo, pero ninguno de los "futuros sistemas" podía satisfacerle. Paulatinamente, probando y rechazando a todos estos sistemas uno por uno, la personalidad autónoma acrecentaba y su negación del mundo real. Así, según Tijomirov, apareció el anarquismo y, a continuación, el tolstoísmo. Tijomirov consideraba a Tolstoi un "verdadero anarquista", el cual, en su doctrina de la negación de las instituciones existentes, tenía que llegar y a "la idea de destruir el mundo"[40].

Lev Alexandrovich, así como muchos otros líderes religiosos y sociales, considerada como heréticas las opiniones religiosas de Tolstói. "En su "limpieza del cristianismo"- escribía Tijomirov en uno de sus artículos - él, de hecho, no es más que un banal, hasta el aburrimiento, "hereje", y se diferencia de sus predecesores, sólo en que cuando éstos excluían del Nuevo Testamento estas u otras partes trataban  de motivar  estas distorsiones con algunas que otras causas objetivas, mientras que el conde Tolstoi administra los textos de las Escrituras a la manera como administraba a sus siervos un señor necio y terco de los tiempo de la servidumbre..." Dando una característica general de Tolstoi, Tijomirov escribía sobre él como un hombre "que ante un gran talento artístico e infinita vanidad, poseía una tan no correspondiente pequeña fuerza de pensamiento que, como maestro, generaba sólo un caos pernicioso en la mente y la conciencia de sus discípulos"[41].

Según observación de los investigadores, la Iglesia Rusa valoró altamente los artículos de Tijomirov en contra de Tolstoi[42]. En sus siguientes trabajos Tijomirov criticó y a otros "profetas voluntarios"como a: Rozanov, Merezhkovsky, Enguelgardt. Lev Alexandrovich consideraba que, para no caer bajo la influencia de diversas doctrinas falsas, sería conveniente, para las personas con educación y prudentes, el estudio de la psicología cristiana[43].

El examen y el análisis de los primeros trabajos de Tijomirov, dedicados a los problemas religiosos y morales de la sociedad rusa, muestra la compleja realidad de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando en las páginas de las publicaciones periódicas se desarrollaba una feroz lucha ideológica por el futuro de Rusia. Lev Tijomirov, considerándose a sí mismo un periodista no tanto de tendencia monarquica, sino eclesial[44], se mostró como un publicista atento y serio, sinceramente preocupado por lo que sucedía en el estado. Según los investigadores, el espíritu revolucionario, así como "la creciente atracción de los jóvenes por la doctrina anti-ortodoxa de Tolstoi, por las ideas religiosas de V. Rozanov y V.Soloviev, que estaban muy lejos de la doctrina oficial de la Iglesia Ortodoxa", paulatinamente, forzaron a Tijomirov a abordar problemas relacionados a la organización moderna de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Esto, a su vez, demuestra la toma de conciencia, por parte de Tijomirov, del hecho de "que la organización misma de la Iglesia en el país deja mucho que desear y que, precisamente, a partir de esto y es necesario comenzar el renacimiento de la correcta vida eclesial"[45]. Los posteriores trabajos de Tijomirov, que se referían a los problemas internos de la Iglesia Rusa, fueron apreciados no sólo por amplios círculos de la sociedad, sino también por el emperador Nicolás II. Posteriormente, se instituyó un organismo especial - La Presencia del Pre-Concilio, que durante el transcurso de varios meses preparó la convocatoria del Concilio Local. La Presencia del Pre-Concilio realizó un enorme trabajo, gracias al cual, a pesar de las duras condiciones de la época revolucionaria, fue posible la adopción, por parte del Concilio Local, de resoluciones muy serias e importantes para la Iglesia Ortodoxa Rusa.

 


[1] Nachapkin M.N. Páginas poco conocidas del conservatismo ruso. L. A. Tijomirov: vida e ideario. Ekaterimburgo, 2007. p. 67.

[2] Milevsky O. A. Las ideas de L. A. Tijomirov para la transformación de las relaciones Iglesia-Estado (1901-1913) / / Conservatismo en Rusia y el mundo: pasado y presente: colección de artículos. Voronezh, 2001. Número 1. [Recurso electrónico] Modo de acceso: http://conservatism.narod.ru

[3] Sergeev S.M. Comentarios / / Tijomirov L.A. Cristianismo y  política. M., 2002. p. 541.

[4] Tijomirov L. A. El clero y la sociedad en el movimiento religioso moderno / / Tijomirov L. A. Cristianismo y política. Moscú, Kaluga, 2002. p. 31.

[5] Ibid. p. 22.

[6] Ibid.

[7] Ibíd. p. 24.

[8] Ibid. p. 26.

[9] Ibíd.

[10] Reunión de la sociedad de los amantes de la educación espiritual en la ciudad Moscú / / La Gaceta de la Iglesia.1892. Número 6. 08 de febrero.

[11] Lealtad alemana (honor).

[12] Cit. por: Tijomirov L. A. El clero y la sociedad ... pp 27.

[13] Ibíd.

[14] Cit. por: Tijomirov L. A. El clero y la sociedad ... pp 28.

[15] Ibíd. p. 29.

[16] Ibíd.

[17] Ibíd. P. 34

[18] Ibíd. P. 35

[19] Ibíd.

[20] Gordeychik E. sacerdote. El conservatismo creativo de Lev Tijomirov. [Recurso electrónico]. Modo de acceso: http:// www.pravaya.ru

[21] Tijomirov L. A. El clero y la sociedad ... pp 19.

[22] Milevsky O. A. L. A. Tijomirov: de la historia de la formación del pensamiento conservador en Rusia a finales del siglo XIX - principios del XX : disertación... doctor en ciencias históricas. Barnaul, 2006. p. 358.

[23] Soloviev V. El problema sobre el "pensamiento arbitrario" / / El mensajero de Europa.1892. Número 12, diciembre.

[24] Chesnokov S. La clave para la comprendión (Anonaminidad de la "fantasía escatológica" de L. A. Tijomirov, "En los últimos días" y el trama apocalíptico del asesinato del zar el primero de marzo de 1881). [Recurso electrónico]. Modo de acceso: http://www.intelros.org

[25] Tijomirov L. A. Altruismo y amor cristiano / / Tijomirov L. A. Cristianismo y política. Moscú, Kaluga, 2002. p. 98.

[26] Ibíd.

[27] Ibíd. P. 100

[28] Ibíd. P. 101

[29] Ibíd. p. 102.

[30] Tijomirov L. A. Eternas preguntas / / Tijomirov L. A. Cristianismo y política. Moscú, Kaluga, 2002. p. 89.

[31] Ibíd.

[32] Ibíd. p. 90.

[33] Ibíd. pp 91-92.

[34] Ibíd. p. 93.

[35] Ibíd. p. 96.

 

[36] Gorky M. Memorias: León Tolstoi. [Recurso electrónico] Modo de acceso: http://gorkiy.lit-info.ru

[37] Tijomirov L. A. La predicación de L. N. Tolstoi / / Noticias de Moscú. 1900. 4,5 de diciembre.

[38] Tijomirov L. A. La lucha del siglo / / Tijomirov L. A. Crítica de la democracia. M., 1997. p. 194.

[39] Ibíd. p. 195.

[40] Ibíd. p. 197.

[41] Tijomirov L.A. La predicación de L. N. Tolstoi / / Noticias de Moscú. 1900. 4,5 de diciembre.

[42] Milevsky O. A. L. A. Tijomirov: de la historia de la formación del pensamiento conservador en Rusia a finales del siglo XIX - principios del XX : disertación... doctor en ciencias históricas. Barnaul, 2006. p. 368.

[43] Tijomirov L. A. Psicología cristiana / / Noticias de Moscú. 1901. 22 de octubre.

[44] Tijomirov L. A. Memorias. M., Leningrado, 1927. p. 409.

[45] Milevsky O. A. L. A. Tijomirov: de la historia de la formación del pensamiento conservador en Rusia a finales del siglo XIX - principios del XX : disertación... doctor en ciencias históricas. Barnaul, 2006. p. 362.

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