Compasión con amor
El Instituto Ortodoxo de San Sergio, en París, está escondido entre los patios de la bastante aburrida calle rue de Crimée. Pero, es sólo entrar por el portón, detrás del cual está ubicado San Sergio, y como que la gran y bulliciosa ciudad desapareciera. Increíble paz y silencio sobrenatural. Antiguos edificios. Escaleras gastadas. El águila de doble cabeza en las puertas del templo. Y ninguna sensación de antiguedad o de pasado sombrío. Activa, sensación de calidez de una verdadera, nunca perdida, alegría de la fe. Presentamos a los lectores del portal "Bogoslov.Ru" la entrevista con el profesor del Instituto Teológico Ortodoxo de San Sergio, arcipreste Nicolás Chernokrak.
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¿Padre Nicolás, por favor, cuéntanos un poco acerca de cómo está construída la educación teológica en Francia?

En Francia, desde comienzos del siglo XX, la Iglesia está separada del estado. Y por lo tanto, están separadas del estado todas las escuelas religiosas. Hoy en día, las escuelas y colegios religiosos tienen la condición de escuelas privadas. Sin embargo, hay algunos centros de estudios que actúan en conjunto con el estado, con el ministerio de educación y, por tanto, han recibido el estatus estatal. Por ejemplo, nuestro Instituto de San Sergio ha sido reconocido por el ministerio de educación como una institución de enseñanza superior que goza de absoluta libertad. El ministerio incluso nos ayuda, incluido en el aspecto financiero. Sin embargo, somos completamente libres, y podemos desarrollar nuestro propios planes de estudios.

¿Es decir, a ustedes no se les indica cómo y qué enseñar?

No se nos indica. Pero ahora ya hace tres años desde que firmamos un contrato con el ministerio de educación, en donde ellos nos piden informarles el número de estudiantes que tenemos, de qué países son, y cuál es su nivel de educación. Esto es necesario para asegurar que todas las escuelas privadas estén incluidas en una especie de registro público nacional. Sin embargo, nuestra escuela es la única escuela teológica con status estatal.

Cuéntenos un poco sobre el propio instituto.

El instituto de San Sergio fue inaugurado en 1925, y ya después de dos años recibió un certificado estatal que lo reconoce como una escuela teológica de educación superior en Francia.

La historia del instituto cuenta con tres períodos. El primero fue desde 1925 hasta 1950, cuando trabajaba aquí la élite de los teólogos ortodoxos rusos, filósofos y líderes religiosos, cuando estudiaban aquí los alumnos de la primera ola de emigración. Ellos continuaban desarrollando el pensamiento religioso ortodoxo y las tradiciones de las antiguas academias de Rusia -Moscú, Kazan, Kiev. Precisamente en función de éso y estaba constituido el programa de estudio. De hecho, se trataba de una escuela teológica, pero no se le llamaba ni seminario, ni academia. El viejo profesorado gustaba de darle el nombre de "Instituto", tal vez en memoria del instituto teológico, que se abrió en los años 20 en San Petersburgo, pero que luego, por supuesto, fue cerrado. Sucedió así, que en el momento, cuando en Rusia se cerraban todas las escuelas de teología, nuestro instituto se abría. Y aquí continuó el trabajo teológico... Después de los años 50 llegó la segunda generación de profesores.

¿De dónde vino esta generación?

En aquel tiempo la emigración rusa era muy fuerte. Por ejemplo, el padre Alexis Knyazev, que llegó a Francia siendo aun un niño de diez años, terminó las facultades de derecho y de teología, impartió conferencias en nuestro instituto, y después llegó a ser  rector. Esa era la segunda generación. Vivíamos de recuerdos, relatos sobre cómo habían sido los antiguos profesores. Incluso, si nosotros no los habíamos visto en vida, de todas formas, inmediatamente los reconocíamos en las fotografías, sabíamos de ellos, sabíamos del carácter de cada uno de ellos. Tal fue nuestra viva sucesión a través de la segunda generación. Continuando con el desarrollo del pensamiento teológico ortodoxo, el instituto inició un diálogo con otras confesiones cristianas. En primer lugar, con los protestantes, como los más abiertos, luego con los anglicanos y católicos. En aquel entonces el instituto tenía su misión –  conocer al Occidente con la doctrina, teología y cultura ortodoxa.

Así fue todo hasta los años de 1974-1975. Mi generación fue la última de aquellos que escucharon todas las conferencias en ruso. Sólo el profesor Olivier Clément, discípulo de Vladimir Lossky, que comprendía y leía, pero no hablaba en ruso, dictaba conferencias en francés.

Ahora se incluye una tercera y hasta una cuarta generación. Y esto es algo nuevo: se han abierto las escuelas ortodoxas en muchos países de la antigua Unión Soviética, apareció allí su educación teológica. Y hoy nuestro instituto recibe estudiantes no sólo de Rusia, tenemos estudiantes de diferentes países: hay personas procedentes de África, de Oriente Medio, de Siria, de Etiopía (recientemente yo examinaba a una monja de Egipto), y, por supuesto, de Europa del Este.

¿Cómo Ustedes elaboran su programa de estudio?

Ya más de 10 años desde que nos unimos a la convención de Bolonia. Por eso tenemos tres ciclos: grado, máster y doctorado. Si de traducirlo al sistema ruso, entonces, para mí, es casi el sistema de Rusia de antes de la revolución. Esto es no sólo enseñanza ex cátedra, sino también un intento de enseñar a los estudiantes a trabajar de forma independiente.

Tenemos educación de tiempo completo y a distancia. En total, enseñamos a unas 200 personas, sin contar los estudiantes que estudian a distancia. La educación a distancia es en ruso y francés.

Hoy en día, muchos de los profesores del Instituto no hablan en ruso. Bueno, tenemos profesores que vinieron de Grecia, Holanda, Yugoslavia, Estados Unidos.

¿Qué asignaturas se imparten en el instituto de San Sergio?

Las clásicas son: Antiguo y Nuevo Testamento, historia de la Iglesia, doctrina de los Padres de la Iglesia, liturgia, historia de la Iglesia de Occidente, idiomas antiguos- hebreo y griego, teología pastoral, iconología, historia de la Iglesia Rusa, historia de la filosofía rusa, teología ascética y dogmática, derecho canónico, metodología y teología moral. En su tiempo el padre Alexis Knyazev dictaba un curso especial - doctrina sobre la Madre de Dios. Recientemente, hemos incluido en el programa canto eclesial - disciplina relacionada al pensamiento y comprensión de la música de la iglesia.

¿Y Usted tiene asignaturas preferidas?

Los antiguos profesores desde el mismo comienzo activamente participaban en el desarrollo de la así llamada "síntesis neo-patrística", por lo que nuestra escuela está muy apegada a los padres de la Iglesia. Podemos decir que en el centro de nuestro programa están los padres de la Iglesia y la teología litúrgica, que era desarrollada por los antiguos profesores, comenzando por el padre Cipriano Kern, el padre Nicolás Afanasiev, el Padre Alexander Schmemann. Ahora tenemos a un nuevo profesor jóven que se ocupa de este tema, que es Andrew Lossky. El padre Nicolás Ozolin ha desarrollado toda una teoría sobre la iconología, que es un paso de la historia del arte al icono, a la comprensión de él, qué lugar ocupa el icono en el desarrollo del pensamiento teológico ortodoxo. Muy importante también consideramos a la teología dogmática. Sobre estas asignaturas tenemos nuestro propio punto de vista. También insistimos en que los estudiantes deben estudiar con ahínco el idioma griego, porque sin él, es difícil dedicarse a la teología.

¿Y dónde viven los estudiantes?

Nosotros tenemos un pequeño internado, donde viven alrededor de 20 personas, todos varones. Los demás varones y mujeres viven en la ciudad, cada quien donde puede.

¿Y ellos cumplen algún tipo de obediencia?

Nosotros no somos muy estrictos, por lo que no existen determinadas obediencias, exepto la de poner la mesa o hacer limpieza en sus habitaciones.

¿La educación es pagada?

Sí. Nosotros somos una escuela privada, detrás de nosotros no hay un rica Iglesia, ni patrocinadores. Y vivimos más por la causa, que por cuestiones económicas. Y el mismo hecho de que existamos es ya de por sí un milagro constante.

¿Qué se necesita para ingresar al instituto? ¿Cuáles son sus requisitos?

El primer requisito es ser inteligente. Si de hablar en serio, es necesario querer dedicarse a la teología, y también, por desgracia, saber el idioma francés, ya que la enseñanza es en francés. Y otra cosa: París, a como Usted se dió cuenta, no es una ciudad barata. Por lo tanto, se deben tener medios de subsistencia. A veces nosotros ayudamos a los estudiantes, pero esto es bastante poco.

¿Se dan exámenes de ingreso?

Sí, hay un examen formal para comprobar el conocimiento general. Nosotros también examinamos el perfil de los estudiantes, para conocer lo que la persona ha estudiado y su nivel de educación.

¿Tienen límite de edad?

No tenemos ninguna restricción. Se puede ingresar después de los 40 años, y después de los 50. Así que usted puede apuntarse (rie).

¿Cuántos estudiantes terminán el instituto, completan sus estudios?

El año pasado tuvimos alrededor de 20 graduados: más o menos 10 en magistratura e igual número en nivel de grado. Esto es poco, pero para nosotros es suficiente.

¿Y qué tipo de relación existe entre profesores y alumnos?

Muy amables, como con Usted ahora. La escuela es pequeña, y la relación depende más de los profesores. Hay algunos más estrictos, así como en Rusia, otros no lo son tanto.En fín, la relación es casi como en familia.

¿Y los estudiantes están obligados a participar en los Servicios Divinos?

Nosotros exigimos que los estudiantes vayan a los Servicios Divinos. Hemos conservado en los Servicios de la iglesia el  idioma eslavo antiguo, ya que impartir clases en francés resultó ser más fácil que orar. Así que incluso los estudiantes que no entienden el idioma eslavo, van y escuchan las oraciones. Se realizan los Servicios Divinos diariamente - en la mañana, en la tarde, tal y como se hace en las escuelas teológicas rusas.

¿Existen más escuelas religiosas en Francia?

Hace unos 5 años atrás se abrió, cerca de París, el seminario ortodoxo ruso. Este es un centro de estudio donde se imparten cursos para los estudiantes, tras lo cual se puede defender un trabajo de maestría o doctorado en diferentes universidades. Tenemos buenas relaciones con el seminario, yo mismo imparto clases allí, y con todos tengo amistad.

Con respecto a las escuelas católicas, pues, en Francia son muchas. En la Universidad Católica existe un instituto ecuménico, donde nuestros profesores imparten clases de teología ortodoxa. Allí estudian estudiantes de diferentes países, que a veces no saben nada acerca de la Ortodoxia, lo que nos da  a nosotros la oportunidad de darles a conocer la teología ortodoxa. Algunos estudiantes del instituto ecuménico incluso escriben con nosotros trabajos de maestría. A veces organizamos  seminarios o conferencias en nuestro propio local. El año pasado, por ejemplo, fue organizado por nosotros un curso sobre el Antiguo Testamento, acerca de la Septuaginta, donde ortodoxos y protestantes conocían lo específico de la Septuaginta en comparación con los textos masoréticos.

Todo el mundo sabe del instituto de San Sergio como un instituto teológico ruso, como centro del pensamiento teológico ruso, que en tiempos de la persecución a la Iglesia en Rusia se desarrollaba en Francia y en todo el mundo ortodoxo.

Padre Nicolás, ¿cómo son las relaciones que Ustedes mantienen con las escuelas teológicas de Rusia: las academias teológicas de Moscú o San Petersburgo?

Cuando yo el año pasado estuve en la Academia Teológica de Moscú firmamos un acuerdo de cooperación. Un mismo acuerdo tenemos, ya hace bastante tiempo, con la Universidad de San Tijono. Cuando hay posibilidad, nosotros invitamos a profesores de Rusia a impartir conferencias, o ellos nos invitan a nosotros. Nosotros casi todos los años viajamos a Rusia.

Y, ¿cómo Usted valora la situación actual en Rusia?

No puedo decir nada porque me encanta Rusia. Sólo una cosa diré: La Iglesia Rusa comienza a caminar como un niño. Y, para que el niño no se caiga, es necesario darle una mano, o incluso un dedo. Si hay algo que criticar, entonces, se debe partir de situaciones concretas. Pero ése no es mi estilo, yo no me atrevería a expresar una crítica general, porque no tiene ningún sentido. Usted sabe, yo tengo una gran simpatía por Rusia. Pero, simpatía en griego sígnifica compasión. Compasión de todo lo que sucede en Rusia. Compasión con amor.

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