Desde el pasado 5 de mayo, el robot, instalado en un contenedor industrial de siete metros de largo a modo de escaparate, se ha consagrado durante las 24 horas del día a la labor de copiar el libro sagrado bajo la supervisión del equipo técnico y artístico formado por Matthias Gommel, Martina Haitz y Jan Zappe.
El objetivo del proyecto era llamar la atención sobre la 'Peregrinación de la Túnica Sagrada de Tréveris', entre los próximos 13 de abril y 13 de mayo, en el 500 aniversario de la primera exposición del Santo Manto de Jesucristo.
"Nunca pensamos que el proyecto artístico pudiera llegar a ser tan exitoso", declaró el comisionado cultural de la peregrinación, Micha Flesch, mientras el robot escribía las últimas palabras de la Biblia.
La copia, que contiene unos cinco millones de letras y signos en más de 2.000 páginas, será expuesta en 2013 en formato encuadernado como 'Biblia de Tréveris' en el museo de la diócesis más antigua de Alemania.
Estaba previsto que KR16 finalizara su tarea de transcribir la sagrada escritura a finales de marzo para coincidir con el inicio de la peregrinación a Tréveris.
No obstante, el robot resultó ser más rápido, por lo que ahora deberá copiar nuevamente los cuatro evangelios.
"Nuestro KR16 es un robot de serie, generalmente utilizado para el montaje de automóviles, que nosotros hemos adaptado para reproducir la caligrafía propia de las monjas de los conventos", explicó Gommel a Efe en mayo pasado.
Se trata de un robot con un amplio rodaje a sus espaldas, puesto que ejerció ya funciones bíblicas similares desde la Cartuja de Sevilla, en 2008, durante la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo (BIACS3).
La Biblia de KR16 constituye la culminación de la experiencia artística del trío de artistas iniciada en el Centro de Arte y Tecnología Mediática de Karlsruhe, en el 2000, continuada en Sevilla, luego en Portugal y ahora amplificada para Tréveris.
Esta previsto que entre el 13 de abril y el 13 de mayo acudan un millón de peregrinos a la ciudad alemana a esta gran cita para el mundo católico.
Las dos últimas peregrinaciones para ver la Túnica Inconsútil de Jesucristo, que se conserva habitualmente en la catedral, preservada del público y en un lugar convenientemente acondicionado, se celebraron en 1959 y 1966.