En estos días de la Semana Santa la iglesia prepara a los fieles a la radiante fiesta de la Resurrección de Cristo que, en el fondo, constituye el núcleo de toda la doctrina cristiana, dice el sacerdote Serguey Zvonariov, representante del Patriarcado de Moscú. 

La Semana Santa es un tiempo en que una persona, dejando a un segundo plano el ajetreo cotidiano, dedicarse en primer lugar a la oración. Pero, incluso en este período, cuando recordamos los sufrimientos de Cristo en la Cruz, no hemos de olvidar que hoy en este mundo sufren muchas personas. Por eso en los días de la Semana Santa debemos ayudar a todos los desfavorecidos, a todos los doloridos y apenados. Si un cristiano en esos días hace un bien, un acto benéfico, de amor por el prójimo, todo esto será un testimonio de que la persona siente de veras la importancia de su transformación y ha sacado alguna lección de la Cuaresma que precede a los festejos pascuales. 

En los días de la Semana Santa los fieles han de observar ayunas rigurosas, en las iglesias se celebran oficios especiales. Cada día de esta semana se llama Santo y está dedicado a unos de los acontecimientos evangélicos prepascuales. 

Son especialmente solemnes y tristes para los fieles los últimos días de la Semana Santa. El Jueves Santo los oficios eclesiales están consagrados a los cuatro acontecimientos evangélicos importantísimos: la Santa Cena en la que el Señor estableció el misterio de la Santa Comunión, a la ablución por el Señor de los pies de sus alumnos en señal de profunda resignación y amor por ellos, al rezo del Salvador en el jardín de Gethsemane y a la traición de Judas. 

El Viernes Santo los creyentes recuerdan la condena a la muerte, los sufrimientos en la Cruz, la presencia de su cuerpo en el féretro, su descendimiento al infierno para anunciar allí la victoria sobre la muerte y la liberación de las almas que esperaban con fe su advenimiento. 

Este año la Semana Santa y la Resurrección de Cristo se celebran en los mismos días entre los católicos, protestantes y ortodoxos. A pesar de que todas estas confesiones recuerdan los ismos acontecimientos, su ritual es diferente, continúa el sacerdote Zvonariov. 

Entre los católicos en los días precedentes a la Pascua se efectúa una acción en forma de representación. Se presenta una cruz y se reproducen aquellos acontecimientos que estaban vinculados con los sufrimientos de Cristo en la Cruz. Los ortodoxos tenemos otra mentalidad espiritual. Nuestra recordación tiene que ver con los sufrimientos internos de la persona. 

Todas las pasiones y aflicciones que tuvieron lugar en fechas como estas pero hace más de dos mil años, finalizan con un suceso alegre para los creyentes: la Resurrección de Cristo. “De esta manera, dice el clérigo ortodoxo, la Semana Santa es una vía semanal de una profunda aflicción a una gran alegría”.


La Voz de Rusia