El arzobispo de Canterbury Rowan Williams, líder de la Iglesia anglicana, no ha podido integrar la rama tradicionalista y la liberal en un consenso que se preveía difícil sobre el hecho de que las mujeres puedan ser ordenadas obispo. Este lunes, 12 de julio, el sínodo confirmó que las mujeres podrán acceder al cargo. Ante este hecho, numerosas diócesis ya miran a Roma y al catolicismo como la opción más lógica para seguir ejerciendo su confesión en consecuencia con su consciencia cristiana.
Williams, de marcado sesgo liberal pero que intentaba evitar la división de la ya muy disminuida Iglesia de Inglaterra, no consiguió que se aprobara su propuesta de compromiso de los sectores tradicionalistas que vieron como no se tenían en cuenta sus concesiones. Esto puede acabar provocando la marcha de muchos fieles que se siguen oponiendo a la ordenación de mujeres obispo.
El cisma planea en los anglicanos, a pesar de ello Williams no quería que se alargara más la situación -tal como pedían los tradicionalistas-: "Es muy tentador en tiempos difíciles. Como los que hemos vivido estos días, pensar que lo mejor es aparcar los problemas. No creo que esa sea una opción", concluyó.
No obstante, la voz de la Iglesia anglicana también pidió generosidad a los liberales en sus concesiones al brazo más conservador: "El sínodo sigue comprometido a ver mujeres convertidas en obispos por el bien del Reino de Dios en esta Iglesia y en esta nación. Estamos también muy comprometidos por la mayoría del sínodo a tener la máxima generosidad posible y ejercerla de forma coherente hacia las conciencias de las minorías".
Este hecho unido al siguiente rechazo que consiguieron los tradicionalistas la pasada semana a que se nombrara obispo de Souyhwark al homosexual Jeffrey John, sacerdote de una diócesis progresista londinense.
El cisma a la vuelta de la esquina
La Iglesia anglicana pasa por el momento más delicado de sus cuatro siglos de vida. Tras conocerse la decisión del sínodo, cientos de clérigos han amenazado con abandonar la comunión anglicana si se dan las ordenaciones de mujeres obispo.
Esta amenaza tiene su origen en la vertiente conservadora compuesta por los tradicionalistas, evangélicos y anglo-católicos. Su posición es clara: si se permiten tales nombramientos pasarán al catolicismo romano.
David Houlding, canónigo de la catedral de San Paul, en Londres, cree que pueden llegar a ser unos 200 los clérigos tradicionalistas que abandonen la Iglesia anglicana, posibilidad que iba adoptando forma tras la reunión mantenida el sábado entre 70 clérigos anglicanos y un obispo católico, con la intención de ir preparando un plan para desertar a la Iglesia católica romana.